domingo, 24 de mayo de 2009

Aristoteles

Aristóteles.

El estagirita, puede ser citado como un realista. Aplica a las ciencias humanas el mismo método que siguió para las ciencias naturales. Al igual que Platón reconoce la primacía del ideal moral sobre la realidad. En Aristóteles, el ideal surge del hecho mismo, de su estudio y de su confrontación con otros hechos. No es la finalidad principal de este trabajo, describir la teoría de la lógica que plantea Aristóteles, la cual ha llegado hasta nuestros días casi en su totalidad, pero sólo queremos destacar la importancia radical que tuvo este filósofo, al brindarnos de entre sus herencias, los principios de esta disciplina. Esta es su principal diferencia con Platón (para quién la dialéctica constituía la única disciplina capaz de hacernos acceder a la verdad), y constituye parte importante en los estudios que realizó y que determinaron que sea considerado uno de los más importantes pensadores de todos los tiempos. Pero, sólo a modo de reseña, para no alejarnos del análisis en cuestión. Por eso la concepción política que realiza Aristóteles, se encuentra fuertemente influenciada por su estudio minucioso de la realidad, a través de métodos científicos.

La ética y la política.

Al igual que Platón, establece que la finalidad del gobierno de los hombres es hacerlos virtuosos; sin lugar a dudas, la ética constituyó parte importante dentro de las concepciones políticas de la época. La política no se encuentra subordinada a la moral, sino que la engloba: Aristóteles considera que el hombre está hecho para la felicidad (tal es el principio de su moral), y la alcanza cuando puede dedicarse libremente a los placeres espirituales. Pero una de las partes más importantes de su concepción es que tal posibilidad no podría existir si el hombre no viviera en sociedad, o en Ciudad.

Para Aristóteles, las familias son muy importantes, porque representan los orígenes de las ciudades. En parte, la primera manifestación de gobierno se encuentra dentro de la familia, como antecedente de poder real (Aristóteles establece que la mujer y los hijos son gobernados como libres, pero con distinta autoridad. A la mujer, como a un ciudadano; y a los hijos, como vasallos. Asimismo dentro de su análisis de la economía –o ciencia de la casa- establece la relación entre amo y esclavo, sobre este último también se ejerce autoridad, ya que el esclavo no tiene capacidad de razonamiento, entonces el amo lo toma y lo "guía", no sólo en beneficio propio, sino también del esclavo.) "...El padre es como un rey que gobierna un pequeñoimperio; el monarca de que hablamos es al Estado lo que a la familia es el padre." (Aristóteles, La Política, Libro III, Cap. IX, Alba, Madrid, 2001, p.112.)

El principio fundamental de su concepción política es su afirmación de que el hombre es por naturaleza un animal social o animal político. Su propia naturaleza lo lleva a vivir en sociedad. Según Aristóteles "el que no puede vivir en sociedad, o necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la ciudad, sino una bestia o un dios" (libro I)

En consecuencia, quien desconoce las ventajas de la vida cívica y no acepta sus reglas es el peor de todos los animales. Para Aristóteles, la vida política guarda relación con la cualidad y la perfección de la vida. "El papel del Estado será entonces formar ciudadanos en la virtud (su tarea será la de educarlos para que actúen rectamente, enseñarles a perseguir un fin noble en la vida y encaminarse hacia él con paso firme" (Ollá- Laprune, León, Essai sur la morale d’Aristote, París, 1888).

Diferencia fundamental entre política y moral.

A continuación extraemos dos párrafos del libro Historia de las ideas políticas (Op. Cit. P.104) que conceptualizan claramente esta primordial diferencia.

"...La integración del hombre en un conglomerado político, el hecho de que pertenezca a una forma de vida colectiva, crea una situación bella, buena y deseable. Impone (...) deberes incesantes y variados, ya que tienen que vivir intensamente los asuntos de la Ciudad; pero esa existencia honra a la condición humana. Por eso hay más belleza –estima Aristóteles, en el gobierno del Estado que en el gobierno de uno mismo, más grandeza en la política que en la moral, puesto que el hombre está hecho para la vida social. La política con relación a la ética, es la ciencia madre, la ciencia suprema, la ciencia soberana".

Legitimidad del poder.

Aristóteles invierte las posiciones: retira al hombre del poder para dárselo a la ley, porque según él lo que es general es superior a lo particular. La ley es imparcial y se dirige a las acciones humanas en particular. La ciudad fija las condiciones en sus leyes y hay magistrados que cuidan de su cumplimiento.

La legitimidad para Aristóteles, está dada por la razón y la justicia, el mejor gobierno es el de las leyes, el gobierno de la razón, sobretodo porque su filosofía se basaba en la concepción de la lógica como medio para adquirir el conocimiento. El que gobierna debe ser un ser racional. Por otra parte, como un medio para evitar que se aplasten derechos esenciales de los ciudadanos, de su libro I, podemos extraer: "... ya desde el nacimiento unos seres están destinados a ser regidos y otros a regir", por esto la importancia de la ley como instrumento racional de gobierno.

La ciudad fija las condiciones de vida en sus leyes y hay magistrados que cuidan de su cumplimiento. Para Aristóteles, el poder no expresa la voluntad del gobernante, debido a la presencia de estas leyes.

Otro punto importante (al igual que su maestro) es el que concierne a la educación. Para Aristóteles posee la misma importancia que la que le da Platón. Define lo que hay que hacer desde el nacimiento; establece los ejercicios a que debe ser sometido el niño hasta la edad de siete años, luego hasta la edad de la razón y hasta más tarde todavía. Le da gran importancia a la formación intelectual y artística, principalmente por la música.

Las formas de gobierno.

Aristóteles estima aceptables distintos sistemas políticos. Cree que el mejor gobierno no es necesariamente el mismo para todos los tiempos y para todos los países.

Desde un principio establece que el ejercicio del gobierno de la ciudad puede recae, sobre un individuo, sobre un pequeño número o sobre una muchedumbre (criterio cuantitativo). A su vez, se puede analizar según se considere si los mismos gobiernan de acuerdo al interés general –o de acuerdo a las leyes dirá algunas veces-, o si lo que predomina es el interés propio (criterio cualitativo).

Así, establece que si el fin del gobierno es el interés general, la forma de gobierno será auténtica; cuando es el interés particular de los gobernantes, la forma de gobierno estará alterada. (Esto es lo que denomina Aristóteles como formas puras e impuras de gobierno).

Formas puras e impuras de gobierno.

Según establece Aristóteles, en su Libro VI, capítulo II:

En primer lugar, el gobierno de uno solo en beneficio de todos, realeza o monarquía, cuya desviación constituye la tiranía.

En segundo lugar, el gobierno de un número reducido, de los mejores, aristocracia, cuya desviación es la oligarquía..

En tercer lugar, el gobierno de un gran número en interés general, que denomina democracia, (aunque el término que describiremos es el actual y difiere del que utilizaba el filósofo) cuya desviación es la demagogia.

Las monarquías.

La monarquía absoluta: concede todo el poder al rey, dueño de la cosa pública, como lo es, por otra parte, del cuerpo de la Nación o del pueblo.

Ese orden de realeza se parece a la autoridad del padre que, a su vez, constituye una especie de realeza ejercida sobre la familia.

La monarquía heroica: es la de los tiempos y de los pueblos guerreros. Consiste, por una parte, en un generalato perpetuamente hereditario, en un linaje que ejerce el mando supremo de la guerra, y por otra parte, en un pontificado, cuando el ministerio de los sacerdotes no es indispensable. El poder se lo otorga el pueblo en reconocimiento por haber fundado la ciudad, por haberlos guiado en el proceso.

La realeza casi tiránicaDonde el poder arbitrario ya es considerable, pero sin embargo, descansa sobre la base de las leyes y de la herencia. El casi tirano confía su seguridad (aún) a sus ciudadanos.

La tiranía: El tirano gobierna en su solo interés, y sin tener para nada en cuenta los intereses de las personas que valen tanto o más que él. Al igual que su antecesor, en lo que refiere a la brutalidad de dicho sistema, no puede ser jamás incluido dentro de las formas deseables de gobierno.

"...tiranía propiamente dicha, es la profunda corrupción de la monarquía: es el despotismo de uno solo, que manda sin responsabilidad a los hombres mejores que él y que reina, no en provecho del pueblo, sino en el suyo propio. No hay hombre virtuoso que no se revuelva contra este gobierno violento." (Aristóteles, Libro VI, cap.9, op.cit., p.187)

La aristocracia.

Aristóteles, al igual que Platón, establece un modelo ideal de gobierno al que denomina politeia, cuya acepción actual puede asemejarse a república. Al igual que Platón establece que el gobierno debe estar en un grupo reducido de personas, ya no de sabios o filósofos, sino de ciudadanos filósofos, dotados de los bienes necesarios para la vida y tan bien dispuestos para las cosas del espíritu como para las de gobierno. Como vimos anteriormente, la educación juega un papel fundamental, en la búsqueda de un ser racional que pueda gobernar con justicia.

Los ciudadanos acomodados son los únicos que están en condiciones de regir bien la ciudad. Excluye de la dirección a los obreros, a los labradores, a los artesanos y a los comerciantes, debido a que estos no poseen la razón ni la educación para llegar a la verdad.

La oligarquía.

Es el gobierno de varios, que por lo general nunca deja de ser una minoría con relación a la población de la ciudad.

La clasificación de las mismas puede hacerse en función exclusiva del número:

  1. La primera forma es la politiranía o dinastía, que es una oligarquía muy poco numerosa que concentra el poder y la riqueza en pocas manos. Las oligarquías que gobiernan hereditariamente son algo así como un tirano colegiado, de ahí la expresión politiranía.
  2. La segunda forma está basada en la heredabilidad del gobierno, que pasa de padres a hijos. Sigue habiendo concentración de poder en pocas manos, al mismo tiempo que las riquezas que le dan seguridad siguen siendo grandes y sus funciones son personalmente ocupadas por los miembros de la minoría. Difiere de la anterior, en que la ley interviene para regular funciones.
  3. La tercera forma es la que pasa de la herencia a la cooptación, donde el cuerpo de magistrados tiene el derecho de reclutarse a si mismo. Los oligarcas no tienen poder suficiente para reinar sin ley; pero los ricos tienen la fuerza necesaria para obligar a la adopción de leyes que les convenga.

La democracia

Para Aristóteles, el hecho de que gobierne la mayoría o la minoría no es razón suficiente para calificar a un gobierno (es decir, teniendo en cuenta un criterio cuantitativo); lo que distingue a la democracia de la oligarquía es la pobreza o la riqueza. El problema que se presenta al hablar de la democracia "aristotélica" es que dicho concepto no se asemeja al actual utilizado por nosotros; por eso, para él, es importante el criterio cuantitativo y cualitativo. En La política, "...Debe distinguirse en todo estado la cantidad y la cualidad de los ciudadanos. Llamo cualidad a la libertad, la riqueza, la ciencia, la nobleza; y cantidad, a la preponderancia del número." (Aristóteles, op.cit., libro VI, cap.XI, p.190.)

En una cultura donde el poder este en manos de los ricos, incluso si son mayoría, habrá oligarquía; allí donde el poder lo tengan los pobres, aún cuando estén en minoría, habrá democracia. (esto lo establece también en el libro que citamos en el párrafo anterior.)

Aristóteles distingue diversos grados de democracias:

  1. Las funciones públicas están ligadas a un censo muy modesto, el cual no está en contradicción con la naturaleza democrática del gobierno. Los empleos son en gran medida accesibles.
  2. En este tipo de democracia, la más completa, no se exige ninguna condición de censo para ser elector, pero sí se requiere una pequeña fortuna para ser elegible.
  3. No se requiere ningún censo, ya que las funciones son gratuitas. Aunque en la práctica son solo accesibles aquellos que disfrutan de cierto bienestar; es decir, que solo "en teoría" dichas funciones son gratuitas.
  4. El cuarto tipo es uno de los más criticados por el pensador, ya que las funciones públicas están remuneradas, lo que provoca que los pobres las busquen como un medio de vida. Esto deriva en una multitud que se "apodera" del gobierno. En consecuencia el pueblo se convierte en monarca y pretende comportarse como tal, pero surgen conflictos, debido a que el poder reside en demasiadas personas.

Aristóteles, nos explica: "...es cierto que son esenciales a toda democracia la libertad y la igualdad, cuanto más completa sea esta igualdad dederechos políticos más existirá la democracia en toda su pureza..."

La demagogia.

Reemplaza las disposiciones generales, impersonales y objetivas, valederas para todos, por las decisiones individuales y subjetivas. Los demagogos dan a entender que dejan la decisión al pueblo, pero en realidad, cuando logran su confianza, estos terminan gobernando, ocultándose tras la voluntad popular. Como el pueblo decide, se llega a una confusión de poderes.

En un inicio, la democracia es un régimen popular regulado por las leyes, considerando el bien común; contrariamente, la demagogia (que es su desviación) aniquila este último.

Las transformaciones del poder.

Al igual que su maestro, Aristóteles analiza las causas de transformación de los gobiernos. Sin ningún lugar a dudas, la decadencia de las formas políticas es un punto importante en la historia de estos dos filósofos.

Analiza como se extinguen, y los medios existente para prolongar su vida.

Las causas de destrucción son múltiples:

Una de las principales puede atribuirse al exceso de igualdad o desigualdad. Y este punto lo analiza partiendo de la premisa básica de que todos los ciudadanos, son en parte iguales y desiguales. El error de la democracia consistirá en la tendencia a la igualdad absoluta; el error de la oligarquía es hacer de la desigualdad un principio general. Asimismo, los demagogos, querrán conseguir el reparto de bienes a través de la rebelión hacia los ricos, que amenazados en sus posiciones, conspirarán constantemente, poniendo fin a la democracia. En cuanto a la oligarquía, oprimirá a las clases inferiores, induciendo de esa manera a la masa del pueblo a buscar un jefe que derribará a los oligarcas.

Muchas veces la salvación, será respetar la igualdad de los hombres y mantener un equilibrio necesario.

"...sin embargo, el más perfecto régimen sería uno que armonizase las tres formas rectas de gobierno (...) así sugiere un régimen mixto que sea democrático en las instituciones inferiores, aristocrático en la minoría directora, monárquico en el poder supremo." (Gambra, Rafael, Historia sencilla de la filosofía, pp.83,84).

Las causas personales o particulares, constituyen otras a ser consideradas, éstas son los comportamientos individuales y los abusos de poder por parte de los gobernantes. Sus consecuencias psicológicas son temibles; principalmente el miedo. El miedo actúa sobre los gobernantes, los agentes y sobre los gobernados. Los primeros al sentirse amenazados recurrirán a la violencia para mantenerse en el poder; los segundos recurren a la fuerza ante el temor de ser castigados y perder sus empleos; los terceros, al correr continuamente el riesgo de ser maltratados, diezmados o deportados, recurren a la revolución.

También establece un ciclo probable que, partiendo de la monarquía, pasa a la aristocracia o a la República, desemboca en la tiranía y después en la oligarquía y la demagogia, volviendo finalmente a la República.

Como filósofo del justo medio se esfuerza siempre en impedir el exceso de un principio, recurriendo al opuesto. El tirano dejará de serlo, si se concentra en la piedad, la decencia y el bien común; convertido en monarca respetable, su reinado quedará purificado, y también consolidado, como lo expresaba su maestro Platón.

Los oligarcas deberán no mostrarse despreciativos con el pueblo, y además darles al menos, cierta participación. Finalmente, la democracia, deberá complementarse con las leyes aristocráticas para volver al ideal que plantea de República.

Conclusión de su concepción de formas de gobierno.

Es necesario rescatar, como establece Prélot, Marcel, en el libro ya citado, que "Aristóteles no defiende un tipo único de necesaria adopción. Racionalmente, el derecho de gobernar pertenece, según él, a todos los ciudadanos virtuosos (sólo los habitantes libres rescatamos nosotros), es decir, a aquéllos que reúnen el bienestar y la cultura. (...) Análogamente, Aristóteles, que es presentado frecuentemente como un adversario de la democracia, considera que el número tiene sus derechos: que la muchedumbre ostenta, por el solo hecho de su existencia, títulos positivos para hacerse oír. (...) Descarta toda idea de hegemonía adquirida por las armas. (...) Aristóteles quiere que la ciudad pueda defenderse, pero ésta está concebida sobre todo para la paz y no parar la guerra."

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